Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.

MALDITO DESPERTADOR!!!

MALDITO CORTÁZAR!!!

BENDITOS MALDITOS!!!

Gijón es demasiado pequeño para perderse...puedo dar fe de ello tras varios intentos fallidos...
Sin embargo, hay un lugar concreto...existe un punto en el mapa en el que te pierdo (o más bien, sé que ya no vas a llegar) todos los días...
No sé a qué obedece esa X en el plano de nuestras despedidas cotidianas...ni siquiera por qué ha elegido ese lugar...pero existe... y te despido allí cada día...



Sí, cada día es la misma historia...
Salgo a la calle, tiro de las puntas de mi palestina para ajustarla al cuello, enchufo mi mp3 y parto en tu encuentro...
Con paso ligero recorro las calles... cuento las baldosas y las líneas blancas de los pasos de cebra...me los sé de memoria... uno, dos, tres... nueve... mierda!!... sólo me parecen perfectos los que tienen diez o quince... los demás me parecen incompletos... y me mosqueo.
Sigo caminando con la extraña sensación de tener unos ojos clavados en mi espalda... sé que son los tuyos y que me sigues para darme una sorpresa en el primer semáforo que pille en rojo, esperando al borde de la acera...
Sólo pierdo el paso y la cuenta de las baldosas cuando imagino que estiras un brazo y me coges por el hombro... pero nadie me agarra haciendo que me gire... once, trece, quince (baldosa roja) YA!!...
Cuando estoy llegando al final de la calle Severo Ochoa, la música y los recuerdos humedecen mis ojos, por lo que dejo la inútil cuenta de mis pasos y miro al cielo...
Ahora busco aviones... casi siempre encuentro alguno, y sino, me lo imagino...da igual el rumbo que lleve... todos aterrizan en el mismo sitio... todos llevan rumbo Sur...
Y entonces, cuando llego al Instituto Jovellanos, justo en la esquina con la Avd. Constitución... ahí... siempre ahí... es donde sé que no has venido a buscarme hoy tampoco... Justo en ese punto del plano me despido de ti cada día... "A ver si mañana hay más suerte"- me digo...
Y al doblar la esquina, mi espalda se aligera... ya no llevo tus ojos clavados en ella... Miro el termómetro para comprobar con orgullo mi acierto en abrigarme en exceso... resto de las 16h del reloj digital los minutos que me quedan para tomarme un café... cruzo corriendo en rojo el último semáforo que me queda... seis, ocho, diez, doce... mierda!!

Esta mañana quedé con Laura... Estuvimos hora y media mojando palabras y silencios en dos cafés medianos.
Hacía más de una semana que no nos veíamos y teníamos mucho que contarnos.
Más bien habló ella... yo me limitaba a seguir la conversación y a esquivar ciertos temas, escondiéndome tras burladeros imaginarios.
Sé que sabe que me callo muchas cosas que no me apetece contar... y lo respeta... jamás pregunta... Sabe que saldrá todo atropellado por mi boca cuando mis labios sean ya incapaces de retener tantos silencios... cuando ella ya no tenga palabras para consolarme, tan sólo un hombro sobre el que dejar caer mis lágrimas.
Recuerdo que hace años me dijo:

" Si hay algo que me gusta de ti es que siempre escondes algo...siempre hay algo que no cuentas, y eso te hace especial"

Con el paso del tiempo aprendí o sentí la necesidad de contar mis cosas... cómo no, guardándome siempre algo para mí (porque era mío)...
Quizá es por eso por lo que Laura nunca pregunta... para seguir viéndome especial, aunque ya no lo sea...

Se levantó de su silla... salí de mi burladero... y nos despedimos hasta el domingo:

"Cuídate mucho" - me dijo obligándome a mirarle a los ojos. Después se fue

Y yo me fui a buscar a Hugo al cole... y tenía Magüestu... y salió del comedor, tras bailar, comer castañas asadas y beber sidra dulce, con su primer trabajo manual del cole... con una montera picona de cartulina en la cabeza!!!

No es la montera picona más guapa del mundo??? Yo creo que sí...

Me ha pillado la gripe desprevenida y se está cebando conmigo... aquí estoy en casa moqueando, con los oídos pitando y la cabeza fuera de control... y con un extraño dolor en las muelas que me empieza a preocupar...

Qué diferente es quedarse enferma en casa ahora, de cuando eres pequeña...

Recuerdo la extraña sensación que me producía el quedarme en casa y descubrir que había más vida... era como si creyera que mientras yo estaba en el colegio, el mundo y la vida se pararan... pero no... había movimiento... los comercios abrían sus puertas, las señoras bajaban a la compra, el cartero llamaba, el afilador anunciaba su llegada con una armónica... el barrio amanecía y cobraba vida, y yo era testigo asombrado (y de puntillas) desde una ventana...
Qué barbaridad!!... Mientras yo estaba sentada en un pupitre, el mundo seguía girando y pasaban cosas que yo desconocía!!!

Claro, que lo mejor no era eso... lo mejor era ser la reina de la casa durante el período de convalecencia... zumito de naranja en la cama, comidas especiales, libros, cuentos para pintar, mortadelos, mariquitas para recortar, zumos, mimos, besos, "qué tal estás?" a todas horas, termómetro, medicamentos, más mimos, más besos... incluso a veces, me sorprendían con un paquete de gusanitos (si no tenía anginas, claro)... eso sí que molaba...

Hoy hubiera dado algo por quedarme el día entero en casa, tirada en el sofá viendo la tele sin sentido... pero ya no voy a la escuela, sino al trabajo, y el deber me reclama...
Hoy hubiera dado la vida por que mi madre me preparara un zumo de naranja... o simplemente me preguntara qué tal estás?... aunque sólo fuese una vez... me hubiera conformado con eso.

Odio las tardes de los domingos... no es ninguna novedad... creo que ya lo he dicho en un par de ocasiones...
Pero si hay algo que odio aún más es que hagas promesas que nunca cumples...
Prometiste llamar para quedar y tomarnos algo... aún estoy esperando a que suene el puñetero teléfono... aunque espero, con más ansia si cabe, tus excusas... ya te estoy viendo la cara congestionada y la mirada desviada hacia cualquier punto donde no se cruce con la mía mientras me mientes...

Y yo me pregunto:
¿todo esto para qué...? tiene algún sentido...?

Supongo que sean cosas del alcohol... quiero verlo así una vez más... quizá esa es mi manera de disculparte... porque aunque no lo creas (casi no me lo creo ni yo) aún te sigo disculpando... Y no me preguntes por qué, pero lo hago... al igual que tampoco entiendo que me sigan doliendo estas cosas que, en principio, están más que asumidas... pero va a ser que no... si me duelen es por algo... de lo contrario sólo sentiría indiferencia...

Para la próxima manda un sms, mujer... que por lo menos quedas bien y no tienes que hablar conmigo directamente...

En fin, que otra tarde tediosa de domingo más...

Beso... Ojalá no amanezca nunca... Beso... Nunca... Besos...

Y amaneció...


Tan sólo fuímos dos almas solitarias jugando a maquillar con palabras sus instintos animales...
Lo mejor es que sabíamos que eran todo falacias... Nunca creí tus frases huecas y aprendidas...
No te guardo rencor... simpatía tampoco... yo también jugaba a jugar...
Pero yo aún te escondo otra mentira...
Es lo único que queda vivo de aquella noche... de aquellas mentiras... de aquella batalla carnal... de aquellas ganas de jugar a quererse por unas horas...

Y siguió amaneciendo... Y sigue amaneciendo más de tres años después... pero de otra forma muy distinta a como solía hacerlo antes de ese día...

Me encantan tus llamadas telefónicas... que me hables igual que si nos hubiéramos visto ayer (y sin embargo pasan meses entre los besos de despedida y los de bienvenida)... me encanta tu entusiasmo y la alegría que desprendes al hablar... tu sinceridad y tu naturalidad... pero si hay algo que me supera y me deja rendida a tus pies, es notar cómo se te quiebra la voz entre carcajadas... eso es lo que más me gusta... porque eres como una dosis de positivismo y felicidad...

Ya queda menos... besos, abrazos, mil historias y unas sidras...

Ya sabes... igual nos cruzamos... nos vemos por Barajas... en el punto de fumadores... Te doy un cigarrillo a cambio de una sonrisa...
;-) Trato?

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Gijón... Miércoles, 9 de noviembre de 2.005... Son las 12:24p.m... Los termómetros marcan 14º... El cielo está plomizo y llueve... Primer síntoma de que se acerca el invierno...

Me asomo a la ventana... me asombro ante el evento (no sé por qué, pero siempre me hace ilusión ver el arcoiris)... voy en busca de mi cámara y saco una instantánea...

La paso al ordenador... la observo... la contemplo... la miro y la remiro durante un buen rato...

Es entonces cuando me doy cuenta de por qué quiero irme de aquí... la foto lo dice todo...

Y al final,
en el fondo...
el Arcoiris...



[...y es mentira eso de que los carteros siempre llaman dos veces... algunos ni siquiera llaman...]

Remuevo absorta el café y me contemplo reflejada en él... me miro a los ojos sin desviarme la mirada, y me pregunto dónde está el fallo... qué es lo que me queda por aprender... o qué letra pequeña no he leído...
Hay algo que se me escapa y no sé qué es... sólo sé que es imposible que todo salga del revés...

Supongo que no se puede luchar contra el mundo ni contra lo establecido... que no tiene sentido... que es absurdo... Que los sueños, si no pueden materializarse, seguirán siendo sueños...
Sin embargo me puede esta sensación de ahogo... me siento igual que una bestia atada a una estaca... necesito soltarme y escapar...
No me da ningún miedo esa libertad... todo lo contrario... a lo que le tengo auténtico pavor es a no poder liberarme...porque entonces, sí que habría perdido la batalla por salvarme definitivamente...

Y mientras apuro el café, cruzo los dedos para que la música suene tan alto que sea capaz de reventarme los oídos... a ver si así hay manera de acallar mis fantasmas...