Yo Sólo Pretendí Comer Reina con Alfil...
Published miércoles, abril 05, 2006 by Guaju | E-mail this post
Te diría tantas, pero tantas cosas, que no sabría por dónde empezar… quizás por el final, para no perder las buenas costumbres (jamás supe empezar nada desde el principio como hace todo el mundo: despacito y con buena letra)
Te diría que me siento rara, vacía y sola entre la multitud… que aún hay rincones que no pueden llenarse ni con papel de periódicos atrasados… que te pierdo en las notas graves de las canciones, y en las agudas salgo corriendo detrás de ti… que no hay escala musical que me soporte…
Que veo aviones, y pienso en dársenas y en terminales siempre de ida… en besos y abrazos de bienvenida… en mis pupilas reflejadas en las tuyas, muriéndose de sed por ti… en verte beberte, traguito a trago, despacio, muy despacio, con los ojos sedientos…
Que no encuentro postura en la cama… que mi brazo derecho no sé dónde apoyarlo y que en las noches frías e impares, busco a tientas tu ausencia entre mis sábanas recién planchadas de soledad…
Que busco tu sonrisa en cada fondo de vaso de ginebra que he mal aprendido a beberme para olvidarte… y cuando la encuentro, sólo tengo un amargo sabor en la boca y una lágrima en lista de espera, para salir nadando lejos de mi estúpida estupidez…
Que me han ofrecido otros labios, otros brazos y un poquillo de calor, y he salido despavorida, porque detrás de aquellas mentiras no estabas tú…
Que han cambiado el letrero marrón de la clínica (quizás para despistarte)… que ni siquiera trabajo allí ya… que ahora ya no sabrás el camino que abrí entre la maleza para que pudieras ir a buscarme con esa botella, aún sin destilar, debajo del brazo ese día que jamás existió… que ya no te despido a diario en el punto C-5… ahora lo hago cada tres baldosas rojas o entre las sucias franjas de los pasos de cebra…
Que hay una calle que siempre huele a verano… y a mar, y a poniente… y una casa encantada, poblada de fantasmas sin nevera ni agua caliente, a la que no me atrevo a asomarme… que decir agosto es decir tu nombre… que decir tu nombre es sentirte en los labios y en las puntas de los nervios… que sentirte en los labios y en las puntas de los nervios es lo más parecido a morirse un poco… que morirse un poco es faltarme un trozo de vida… que faltarme un trozo de vida es no tenerte a mi lado… es un infarto en las entrañas…
Que has entrado en mi vida como un relámpago y has salido de ella como un vendaval… que a veces no sé cómo ordenar mis pasos entre tanta lluvia… que me da miedo el golpe de timón y el próximo cambio de rumbo si no alcanzo a ver mi estrella polar desde esta orilla… que en días parchosos me faltan las fuerzas y me sobran las ganas… que quisiera poder odiarte un poquito más de lo que me permito hacerlo… que no sé hasta qué punto todo esto habrá merecido la pena, porque ahora volvemos a ser dos desconocidas que tratan de acercarse pero, esta vez, sin aproximarse demasiado… midiendo los pasos y las palabras…alargando los silencios...
Y, sobre todo, que me da pavor este viaje, porque cuando empecé a hacer la maleta, tú estabas entre el equipaje y eras, a la vez, uno de mis destinos…
Y aunque a nadie le importen estas cosas, ni siquiera a ti, yo te diría tantas, pero tantas cosas, que no sabría por dónde empezar…
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