Ayer, a la hora de la cena descubrieron que faltaba el interno dieciséis mi sobrina se puso a cenar con tus cubiertos... aquellos cubiertos siempre fueron para ti...
No pude evitarlo... al meter las primeras cucharadas de sopa de marisco en la boca, se me clavaron en el estómago los cuchillos y tenedores del resto de comensales... quizá por eso, no llegué al segundo plato...
"esos cubiertos son suyos"... le confesaba a mi copa de vino... "esos cubiertos eran para ella"...
Genial leerte.
La verdad es que dan mucha pena ese tipo de cosas. Yo no pude acabarme las uvas.
Ale, un beso :***