...Fuí a los bosques porque quería vivir a conciencia. Quería vivir a fondo y extraer todo el meollo a la vida.
Olvidar todo lo que no fuera la vida, para no llegar a la muerte, descubriendo que no había vivido...
Me adelanté unas cuantas horas, pero logré despedir el año a mi manera.
Salí de casa sin rumbo fijo, con ganas de perderme… cuando me quise dar cuenta, estaba rodeada de agua… las olas batían su furia bajo mis pies, en los adoquines del dique…
Maria Callas y el sonido del mar es buena combinación para los oídos y el alma…
Me senté en una roca largo rato… me sentí pequeña… minúscula…
Encendí un cigarro…y otro… y otro… y otros más…
Las gaviotas planeaban ajenas al mundo y a mis pesares…
Frente a mí, el faro verde… estuve tentada a acercarme y dejar una combinación de luces que sólo reconocieras tú… para hacerte señales en la distancia… para recordarte el camino de regreso… Pero la única forma de llegar a él era nadando… y había marejada… como casi siempre…
Cuando logré reducirme al mínimo tamaño posible, y los pulmones ya no admitían más nicotina, giré sobre mis pasos y me fui…
Volví paseando por la arena, para hacerme un poco más de daño (odio caminar por la arena seca, porque se te hunden los pies y pierdes estabilidad al caminar)… lancé desde la orilla unas cuantas piedras con toda la furia que logré concentrar…
Entre borrones distinguí a otras dos personas paseando… solas…por la orilla… sin prisa… con la mirada perdida… me pregunté si también se sentían como yo… pero no llegamos ni a cruzar una sola mirada… estábamos allí las tres, bajo el mismo cielo, pero cada una en su mundo…
Miré hacia la derecha y vi la terraza… fue cuando volví a sentir el calor de las lágrimas bajar rodando por mis mejillas…
Quise salir corriendo… crucé la ciudad todo lo rápido que pude…
A mitad de camino, cuando pasé la lengua por mis labios, estaban salados… el salitre se había atrevido a posarse en ellos… Entonces los besé… y fue como besarte a ti… Sí, a ti, que estás hecha de mar y de poniente…
Así despedí mi año… besándote…
FELIZ 2.006 !!
Salí de casa sin rumbo fijo, con ganas de perderme… cuando me quise dar cuenta, estaba rodeada de agua… las olas batían su furia bajo mis pies, en los adoquines del dique…
Maria Callas y el sonido del mar es buena combinación para los oídos y el alma…
Me senté en una roca largo rato… me sentí pequeña… minúscula…
Encendí un cigarro…y otro… y otro… y otros más…
Las gaviotas planeaban ajenas al mundo y a mis pesares…
Frente a mí, el faro verde… estuve tentada a acercarme y dejar una combinación de luces que sólo reconocieras tú… para hacerte señales en la distancia… para recordarte el camino de regreso… Pero la única forma de llegar a él era nadando… y había marejada… como casi siempre…
Cuando logré reducirme al mínimo tamaño posible, y los pulmones ya no admitían más nicotina, giré sobre mis pasos y me fui…
Volví paseando por la arena, para hacerme un poco más de daño (odio caminar por la arena seca, porque se te hunden los pies y pierdes estabilidad al caminar)… lancé desde la orilla unas cuantas piedras con toda la furia que logré concentrar…
Entre borrones distinguí a otras dos personas paseando… solas…por la orilla… sin prisa… con la mirada perdida… me pregunté si también se sentían como yo… pero no llegamos ni a cruzar una sola mirada… estábamos allí las tres, bajo el mismo cielo, pero cada una en su mundo…
Miré hacia la derecha y vi la terraza… fue cuando volví a sentir el calor de las lágrimas bajar rodando por mis mejillas…
Quise salir corriendo… crucé la ciudad todo lo rápido que pude…
A mitad de camino, cuando pasé la lengua por mis labios, estaban salados… el salitre se había atrevido a posarse en ellos… Entonces los besé… y fue como besarte a ti… Sí, a ti, que estás hecha de mar y de poniente…
Así despedí mi año… besándote…
FELIZ 2.006 !!
PD: era imposible terminar bien el año... ya traía mala rima... en fin...
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Suelta Por Esa Boca...