Los domingos no están hechos para mí...
Están hechos para las personas que no madrugan... que se visten de forma distinta al resto de la semana...para los que van a misa y luego a tomarse su vermouth... Para los que comen el menú del día fuera de casa...un café...un paseo por el centro de la ciudad...y una copa mientras ven en la tele de un bar el partido de turno antes de recoger e irse pronto para casa...
Están hechos para los enamorados... para ir al cine, o a una cafetería, o a un banco y darse mil arrumacos... para pasear sin rumbo cogidos de la mano... para apurar el amor que quedaba por darse esa semana...
Y yo, pobre mortal, que ni tengo ropa decente, ni (gracias a Dios) voy a misa, ni me gusta el fútbol, ni tengo una mano a la que agarrarme para pasear, cuando salgo de currar un domingo, me encierro dos horas yo solita en casa y me fumo la tarde... me quedo yo a solas con mi soledad... y sólo sé que es domingo cuando me asomo a la ventana y contemplo a las parejas que pasean de la mano sin darse cuenta de que las miro con cierta envidia... Bueno, y porque suelen caer unas sidras antes de agotar el día...
Que se mueran todos los domingos que se ven desde la barrera...
[Fragmento del día...real como la vida misma...nos hacemos mayores... cuando empecé a salir de marcha me decía "a ver si hay suerte y conozco hoy al hombre de mi vida"... empezó a pasar el tiempo y cambié "a ver si hoy hay suerte y me enrollo con alguien"...joer, y ahora cada vez que salgo, me digo "a ver si por lo menos me lo paso bien"....]
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