Todos los jueves la misma emoción:

Y cada sábado por la noche la misma rabia:

Quiero que me toque... lo exijo!! Quiero acertar los 6 numeritos para comprar libertades...

comprar, de alguna manera, el tiempo...vivir sin prisas y a mi aire...sin calendario...sin agenda...sin despertador... Coserme alas, recorrer mundo y mezclarme y empaparme de otras gentes, colores y aromas...acercar horizontes... descubrir que más allá hay otras formas de vida y realidades...saber que el mundo es tremendamente grande a la par que pequeño...ver con mis propios ojos las maravillas que tantas veces he visto en las fotos de los libros...incluso las que no salían en ellos (seguro que son mejores aún)...contemplar los caprichos y antojos de las formas y colores de la madre naturaleza...caminar con arena en el alma por los desiertos...que los rayos del sol me cieguen los ojos en una expedición por una lengua glaciar...saberme en peligro en mitad de una selva...coronar una cima sin oxígeno en los pulmones...sumergirme en las aguas marinas y descubrir que existe otro mundo ahí abajo...sentir vértigo mientras vadeo un desfiladero... Descubrir que hay más mundo fuera de mi barrio, de mi ciudad, de mi país...y derribar fronteras... SER VERDADERAMENTE UN DIOS!!!

Entonces, cuando rompo asqueada el boleto, me consuelo pensando que todo da igual...nunca iba a estar conforme...seguro que luego se me antojaba subir a la luna o comprarme una estrella...o hacer un crucero por el arcoiris... Y, lo que aún es peor...iba a estar sola... porque nadie de mi querida gente iba a poder seguirme el ritmo...

Lo que no sé es por qué aún la sigo echando semana tras semana...quizá por asegurarme un lugar en el que dar con mis huesos cada noche y llegar a fin de mes un poco más desahogada...quizá...quién sabe...la suerte está echada...

Mientras tanto me sigo conformando con el reintegro...