Supongo que tiene que haber días para todo... y un buen día te levantas y, sin saber muy bien por qué, te sientes el ombligo del mundo...

Y sales a la calle y miras el buzón llena de ilusión para ver si alguien te ha mandado un pedacito de su vida dentro de un sobre...
Y coges el teléfono contínuamente para comprobar si ha llegado ese sms o esa llamada que te cambia los planes del día...
Y te sientas en la orilla de una playa calma a ver si la marea te trae un mensaje dentro de una botella...
Y las flores se inclinan a tu paso y llevan tu nombre...
Y las personas te abren hueco entre la multitud con una leve reverencia...
Y el sol te ilumina por la calle haciéndote protagonista de tu vida, en medio de la jungla urbana...
Y...

Y cuando te crees que el mundo está lleno de "Amelies" dispuestos a hacerte feliz, a ponerle un poco de sal y de pimienta a tu vida, vuelves para casa arrastrando los pasos y sólo encuentras propaganda en el buzón...
Y el teléfono se ha quedado sin batería...
Y el único mensaje que contiene la botella es que tu vida es un naufragio...
Y las flores son de plástico y tienen nombres absurdos...
Y las personas no te abren paso, sino que te pisan en la vertiginosa carrera por ser los mejores...
Y el sol no te ilumina porque vives en un perpétuo invierno...

Y es cuando te das cuenta de que sigues sin ser nadie... que no eres especial... que nadie ni nada gira entorno a ti...
Que la vida sigue siendo la misma mierda de ayer y de siempre... y sabes que estás viva solamente porque respiras...

Supongo que simplemente hay días... semanas... incluso meses, que deberían ser borrados del calendario...